14 de agosto de 2009

A propósito del título del blog

"Sí, y ¿a qué estoy atándome ciega y voluntariamente, que con el tiempo nos alejará? ¿Por qué seguir lanzando contra mí mismo este embrujo por el cual nada pasa el tamiz, salvo lo que me gusta? ¿No hay algo un poco dudoso y onírico en tanta adoración, tan suave y tan tierna? ¿Qué ocurriría cuando lo demás de Claire acabe imponiéndose? ¿Qué ocurriría si no hay lo demás? ¿Y qué pasa con lo demás de mí? ¿Cuánto tiempo seguirá esto pareciéndome una ganga? ¿Cuánto tiempo tardaré en estar hasta la coronilla de la saludable inocencia, cuánto tiempo pasará antes de que la encantadora blandura de la vida con Claire empiece a resultarme pesada y empalagosa, y vuelva a encontrarme tirado, lamentando lo que he perdido y buscando otra vez un camino propio?"

El profesor del deseo, Philip Roth


Cuanto más leía y descubría a David Kepesh en El profesor del deseo más cercana me sentía a él. Evidentemente mis circunstancias son otras, pero creo que -al menos en la etapa actual- compartimos la necesidad de no renunciar a lo que somos aunque eso no se ajuste a lo "que toca" ser o hacer. Uno tiene que ser sincero consigo mismo y con los demás, y aceptarse sin miedo; sin embargo, a Kepesh y a mí, lograrlo nos resulta complicado, porque para manipular la realidad tenemos primero que ser valientes. Poquito a poquito, Kepesh...

0 comentarios:

  © Blogger templates ProBlogger Template by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP