16 de diciembre de 2009

Alone again or, Love

"You know that I could be in love with almost everyone
I think that people are the greatest fun
And I will be alone again tonight my dear"

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15 de diciembre de 2009

Emil Nolde, Kopf einer Spanierin, 1914 (Cabeza de una española)



Info sobre Emil Nolde aquí.

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10 de diciembre de 2009

Europaturm, Frankfurt (o más conocida como "Fernsehturm)









"Ahora la zona ya no es lo que era. Cuando construyeron la torre y también después era un punto turístico indudablemente. Siempre había gente, y además el restaurante de arriba del todo también hacía mucho. El restaurante al final lo cerraron, no era rentable. Tenían la cocina en la planta baja, pero las mesas estaban arriba, imagínese, qué descontrol y de qué manera llegaban los platos, aunque bueno, habiendo ascensor, no sé. La cuestión es que de repente dejó de tener éxito y cerraron incluso la torre. Ahora ya no se puede subir. Pero sabe? Cuando la abrieron por primera vez, uno de los primeros días, mi marido -nosotros antes vivíamos muy cerca de aquí y desde la terraza veíamos la torre perfectamente-, pues eso, mi marido quiso subir, vi que cogió la linterna que teníamos en un cajón del recibidor, y me dijo que estuviera atenta, que no quitara la vista de la torre. Se fue y al cabo de unos minutos, vi cuatro golpes seguidos de luz. Era mi marido, que me saludaba desde arriba del todo".


Frau Tölte, 08/12/09


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Aclaración n° 1 para un "tío"

#1. Que una chica con la que te acostaste y a la que le pediste libremente su teléfono tenga un detalle gracioso contigo no significa que esté enamorada de ti.

Cuando una chica tenga un detalle contigo significa lo que es: un detalle. No hay indirectas. Ella libremente decide hacerlo y en la mayoría de los casos, por no decir siempre, no espera nada a cambio. No lo hace para conseguir algo, ni para pedir sutilmente algo, ni para demostrar(te) más de lo que es: un hecho. Teniendo en cuenta que os bombardeasteis a mensajes -siempre en plan de cachondeo- dos días después de acostaros, decide hacerlo: tener un gesto gracioso contigo y se acabó.

Pongamos como ejemplo la siguiente situación:

"Apuestas con una tía 1) que no descubrirá dónde se encuentra exactamente la "Europaturm" en Frankfurt, porque aunque se ve desde casi cualquier punto de la ciudad, muy poca gente sabe la dirección exacta, y 2) que no le sacará un par de fotos antes de cuatro días desde la primera -y parece que también última- noche que pasasteis juntos. Ella, dos días más tarde, se pone los guantes y la bufanda y lo hace. Imprime las fotos, las mete en un sobre, pregunta a un amigo tu dirección y te avisa con un sms sutil de que tienes algo en el buzón. Probablemente te acojones y no contestes al sms. Imagino que bajarás a ver el buzón, pero no creo que te pronuncies. Falso!

Ella, como tú, tiene su orgullo y le encanta apostar; le gustan los retos y hasta que no consigue algo y cierra, de paso, alguna que otra boca, no para. Así que la idea de las fotos le pareció divertida, tenía tiempo libre -importantísimo este punto, porque de no tenerlo, tu buzón no sería el mismo- y lo hizo. Disfrutó como una enana descubriendo el camino y preguntando y escuchando a personajes simpatiquísimos de la zona, casi como si en la DDR. Después quiso restregártelo y pensó en la manera más directa de hacerlo: un sobre y al buzón! Ese gesto solo significa eso y pretende como mucho sacarte una sonrisa o arrancante un "joder". Ahora conoce tu dirección, sí, pero no va a enviarte cartas de amor, ni quiere que tú hagas lo mismo con ella, no quiere que la invites a cenar, ni espera que le des las gracias; un simple "jaja" en un sms, le bastaba porque no esperaba más."

Y seguramente como en la situación anterior, lo posterior a cualquier gesto parecido de una chica con un tío sea el silencio de éste y la indiferencia -al menos después de unas horas- de ella, porque ... qué si no? Y es que a ella no le has roto el corazón, ni se arrepiente de haberlo hecho, ni está triste, ni te critica, ni te maldice; ella quería pasárselo bien y lo ha conseguido. Es natural, forma parte de ella misma, de su forma de ser, así que lo hizo y punto.

Así que el que sale perdiendo probablemente en todo esto eres tú, porque tú, tío, por tus ideas y prejuicios de machito, bastante simples y cobardes, no vas a volver a saber nada más de una chica que: 1) solo quería divertirse un rato y 2) sacarte de paso una sonrisa.

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8 de diciembre de 2009

"Típpex"



Este texto puede leerse con la canción, yo la veo perfecta, pero supongo que depende.

Típpex

Cayó sentada sobre el borde de la cama. Levantó ligeramente la cabeza y lo vio frente a ella, mirándola con preocupación
"te encuentras bien?", le preguntó. Como si de las palabras mágicas se tratara, los cinco tequilas de la noche, reforzados por las dos copas de vino, se activaron para llevar a cabo finalmente lo que ella misma veía venir desde la segunda ronda: vomitarlo todo.

No había cenado, por lo que no se veía ni rastro de comida, pero no bastó con una toalla para recoger todo el discurso que casi literalmente acababa de mandar a la mierda. Esbozarlo le llevó más de dos semanas y varios empachos de té con miel. Los últimos días -incluida la noche anterior- no solo lo pasó a limpio mentalmente, sino que osó recitarlo en voz alta como El Padrenuestro antes de irse a dormir. Cuanto más lo pronunciaba, más se tragaba su teoría sobre hacerse valorar y no depender jamás de un otro -fuese quin fuese- para sentirse satisfecha consigo misma. En el fondo apuntaba a remediucho casero para sobrellevar la soledad y el frío de su nuevo hogar. Pero la cuestión es que fuese lo que fuese no se guardó ni una sola palabra y fue consciente del peso que se había quitado de encima.

Por su parte, el estado de embriagadez todavía le permanecía, por lo que no se percató de lo embarazoso de aquella situación. De repente notó cómo le acariciaba el cabello y le devolvió una sonrisa "vengo enseguida", le dijo, y se encerró en el banyo para cepillarse los dientes. A la vuelta, se acurrucó en el cuerpo de él y empezó a sentirse todavía más relajada. No hacía más de seis horas que lo conocía, era básicamente un extranyo, pero quizás precisamente por eso su calor -físico- le reconfortaba. Con él no debía esforzarse ni frenarse; el era nuevo y ella para él también, no había pasado, ni mensajes en el móvil, ni sentimientos, ni implícitos...

A la manyana siguiente tomaron de postre kebab y sin darse cuenta se les hicieron las ocho de la tarde charlando por la ciudad. Tenía presente que efectiva y únicamente era un extranyo, pero sus pros y sus contras le eran tan transparentes, desprendía tanta sinceridad, que no vaciló ni un solo segundo, no hubo remordimientos ni se sintió mal o confusa como le había sucedido en otras ocaciones.

Con él empezó a esbozar ahora sí conscientemente y para sus adentros no algo que apestaba a discurso vacío, sino una sensación que se perfilaba como los fundamentos de su realidad: que la soledad es jodida, sí, pero que con el tiempo termina siendo mejor que las malas companyías o los "sí pero no (puede ser)", y que a nadie le amarga un dulce de vez en cuando -con o sin tequilas.



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